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miércoles, 10 de septiembre de 2008

Cova Eirós contiene auténticas joyas de la sofisticada tecnología neandertal

Entre las piezas hay una punta de cuarcita de tres centímetros

Lasca de tipo Levallois que forma parte del yacimiento
Francisco Albo
El análisis de laboratorio de los materiales recogidos en el primer yacimiento gallego del hombre de Neandertal encontrado en una cueva apenas acaba de empezar, pero los arqueólogos ya ha identificado entre ellos una serie de muestras de excelente calidad de la tecnología creada por los famosos homínidos que poblaron Europa en el Paleolítico Medio, a lo largo de unos 200.000 años. «Tenemos piezas totalmente arquetípicas de la industria neandertal, verdaderas muestras de manual, y su estado de conservación es muy bueno», señala Arturo de Lombera, uno de los directores del equipo que realizó el hallazgo en el yacimiento de Cova Eirós, en el municipio lucense de Triacastela.
Entre los artefactos que están siendo estudiados por el equipo científico que coordina la Universidad de Santiago destaca la presencia de numerosos útiles elaborados mediante la llamada técnica Levallois, un complejo método de talla de la piedra que se considera característico de los neandertales. «La técnica Levallois es muy sofisticada e indica que quienes la utilizaban poseían una gran complejidad mental», explica Xosé Pedro Rodríguez, arqueólogo gallego adscrito al proyecto Atapuerca que colabora en este plan de investigación. Esta técnica, añade, «consiste básicamente en preparar un núcleo de piedra de tal manera que se le puedan extraer piezas de una forma predeterminada, de una morfología perfectamente triangular, por ejemplo. Es un método que requiere un alto grado de planificación y supone un avance muy importante sobre otras técnicas más primitivas, en las que los útiles líticos se tallaban de una forma mucho más improvisada», agrega.
Las piezas de tipo Levallois halladas en Cova Eirós están talladas en una cuarcita de grano fino que permite realizar tallas de una calidad muy notable. El hecho de que estas herramientas apareciesen asociadas a restos de fauna confiere además al yacimiento un valor especial. «Cuando hayamos estudiado a fondo la tecnología, podremos cotejar estas piezas con la información que se extraiga de los restos de animales y quizá podamos saber cómo los habitantes de la cueva utilizaban esas herramientas para preparar los alimentos», dice Rodríguez. El yacimiento de Triacastela, señala por otra parte el arqueólogo, aún puede proporcionar otros materiales de tanto o más interés que el de los los recién hallados. «Solo estamos en el comienzo y queda mucho por excavar, así que en los próximos años creo que podremos obtener en Cova Eirós mucha más información», añade.
Neandertales en busca de parientes
Los investigadores estudiarán posibles paralelismos entre el yacimiento de Triacastela y los que se conocen en diversos puntos del área cantábrica
Autor:
Francisco Albo
El yacimiento paleolítico encontrado en una cueva de Triacastela ayudará muy probablemente a desentrañar las relaciones, las semejanzas y las diferencias que pueden haber existido entre las poblaciones gallegas del hombre de Neandertal y las que hubo en la cornisa cantábrica y en otras áreas de la Península, según los responsables del equipo de investigación que ha realizado este hallazgo, promovido por la Universidade de Santiago y el Proyecto Atapuerca. De este modo, el hallazgo de Covas Eirós tal vez sirva para añadir una pieza más al arduo rompecabezas que supone la reconstrucción de la historia de las poblaciones arcaicas del norte peninsular.
En Galicia se conocían hasta ahora escasísimos rastros de los neandertales, pero no ocurre lo mismo en Asturias, Cantabria y el País Vasco, donde se estudian desde hace mucho tiempo valiosos yacimientos de esta especie y donde se realizan actualmente importantes investigaciones en este terreno. «Cuando se trata del hombre de Neandertal, toda la zona cantábrica se suele estudiar como un conjunto, pero Galicia quedaba fuera, porque era muy poco lo que se conocía de ese período en territorio gallego», señala Talía Lazuén, arqueóloga de la Universidad de Cantabria que codirige las excavaciones de Cova Eirós. La investigadora indica que es demasiado pronto para decir si el yacimiento de Triacastela presenta muchos paralelismos con otros poblamientos neandertales de las regiones próximas, ya que para ello aún habrá que someter a un detallado examen de laboratorio los artefactos de piedra y los restos de animales recuperados en esta cueva. «Todavía tenemos que conseguir dataciones absolutas, es decir, datos fiables sobre la antigüedad de estos materiales, y analizar muchos otros aspectos, porque el estudio de este yacimiento apenas acaba de empezar», agrega.
No obstante, el examen preliminar de los objetos desenterrados en Cova Eirós ya ha puesto de manifiesto una peculiaridad de los neandertales de Triacastela que parece diferenciarlos de las poblaciones cantábricas. Se trata, según explica Lazuén, de que «en las industrias líticas de Cova Eirós hay una proporción muy alta de piezas talladas en cuarzo, un material que es muy raro encontrar en los yacimientos cantábricos». El cuarzo se utilizó a menudo en el Paleolítico para fabricar instrumentos, pero como materia prima presenta una calidad mucho menor que la cuarcita o el sílex, ya que se rompe de una forma más irregular y por lo tanto resulta más difícil de tallar.
Vestigios de fauna
Una característica del yacimiento de Triacastela que lo diferencia de los otros yacimientos gallegos de origen neandertal es el hecho de que las herramientas líticas han aparecido acompañadas de abundantes restos de fauna. Esta circunstancia lo emparenta también con los yacimientos del área cantábrica, donde, según indica Talía Lazuén, «encontrar restos de animales junto con las industrias líticas es lo más normal del mundo». El análisis de estas piezas, por lo tanto, puede servir para obtener datos sobre las prácticas de caza y alimentación de los neandertales de las montañas lucenses y compararlos con lo que se ha logrado averiguar sobre los hábitos de vida de sus parientes de los territorios cantábricos.
Por otra parte, es posible que alguno de los numerosos vestigios de fauna hallados en Cova Eirós hayan servido para usos diferentes de la mera alimentación. Entre estas piezas figura un trozo de asta de ciervo -lo que se conoce como candil, es decir, una de las pequeñas ramificaciones que presentan los cuernos de estos animales- que podría haber sido utilizado por los neandertales para tallar piedras. «Los candiles de asta de ciervo se utilizaron para fabricar útiles líticos mediante presión, un sistema diferente del método de percusión que consiste en golpear una piedra con otra, pero para saber con certeza si esta pieza concreta tuvo ese uso habrá que estudiarla a fondo con el microscopio», explica Lazuén.

Una asociación de Paderne descubre para Patrimonio un camino histórico



FOTOS: KOPA

Bea Abelairas

La asociación cultural Roxín Roxal ha descubierto para Patrimonio el que puede ser uno de los caminos más antiguos de la comarca. En una senda que parte de la parroquia de Obre, en Paderne, han localizado varios puentes, calzadas y otros elementos, como unas cazoletas similares a las que la Consellería suele catalogar como petroglifos de la Edad del Bronce y que adquieren la categoría de Ben de Interese Cultural por defecto
Los descubridores dieron con el hallazgo casi por casualidad mientras preparaban una ruta de senderismo. La intuición del arqueólogo Antón Malde fue clave, ya que es uno de los encargados de sugerir los itinerarios. De hecho, enfatiza que «unha das actividades singulares da asociación Roxín Roxal son os seus roteiros culturais que pretenden achegar à xente eses inumerábeis tesouros do noso patrimonio natural e cultural ligados por un sendeiro».
Camino a Vilalba
En una de esas salidas, en septiembre del año 2006, comenzaron a dar con pistas que daban idea de la magnitud que tuvo el sendero en otros tiempos. «Atopamos varias pontes inéditas, algunha de grande cualidade construtiva, fontes, rúas e calzadas, ademáis de algúns treitos conservados dun antigo camiño que semellaba ter sido importante a tenor da infraestrutura viaria. Naquel intre, en perfeita lóxica, pensamos que se trataba da antiga vía que conectaba A Coruña con Vilalba», detalla Malde, que se apresuró a dar cuenta a Patrimonio el 15 de septiembre del 2006, apenas unos días después del descubrimiento.
A pesar de que urge la protección de estos elementos Malde se lamenta de que no hubo respuesta activa de la Xunta hasta hace unos meses, cuando la Dirección Xeral de Patrimonio firmó un convenio con Roxín Roxal para que continúen investigando, algo que, no obstante, dicen que han seguido haciendo. «Noutros roteiros apareceron novos elementos relevantes sen catalogar, como a ponte antiga no Lambre, entre Irixoa e Vilarmaior, e por tanto sen protección patrimonial», según detallan.
Por ahora, ya han localizado la vía en la cartografía del siglo XVIII y han seguido limpiando caminos. Algunos tienen una anchura y un firme que les hace deducir que fueron muy importantes en otra época. «Pola comarca transitan importantes camiños do Antigo Réximen, como o que une Coruña a Vilalba e Viveiro», pero también resaltan la importante red viaria secundaria. Precisamente es el estudio de estas pequeñas vías el que puede dar la sorpresa: «Son un documento elocuente sobre o noso pasado, o legado das sinerxias e relacións locais», precisa Antón Malde.
Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/coruna/2008/09/09/0003_7124683.htm

Hallan restos de un personaje inca y objetos ceremoniales en Cusco

Escaleras de la entrada al Templo de la Luna, en Sacsayhuamán

Arqueólogos peruanos hallaron los restos de un personaje inca y diversos objetos ceremoniales, entre ellos dos esculturas de oro, durante excavaciones en la fortaleza Sacsayhuman en Cusco, informó el martes el Instituto Nacional de Cultura (INC).
"Los restos del personaje inca se encuentran en buen estado y ha sido encontrado en posición fetal, característica de los incas", dijo a la AFP Washington Camacho, director del Parque Arqueológico de Sacsayhuamán, en las afueras de Cusco (sureste), antigua capital del imperio de los Incas.
Se trata de una persona adulta, subrayó el estudioso al señalar que la tumba inca data del año 1532 y fue hallada a 40 centímetros de profundidad al lado de una olla, un plato ceremonial y una pequeña jarra de estilo inca.
Entre las piezas y fragmentos encontrados resaltan dos pequeñas esculturas de oro maciso de imágenes antropomorfas o humanoides en posición de ruego o súplica, informó por su parte el arqueólogo Sabino Quispe.
También fueron halladas 19.309 cuentas, 859 de ellas elaboradas a base de Spondylus (concha espinosa) y el resto con dientes humanos y de animales como monos y felinos.
El hallazgo corresponde a la investigación arqueológica desarrollada por el INC de la ciudad del Cusco, específicamente en la zona de Cruz Mocco, que podría haber sido un lugar sagrado porque es la única zona de Sacsayhumán que conserva muros y recintos del periodo preinca.
Sacsayhuamán, que en quechua -antiguo idioma de los incas- significa 'halcón satisfecho' es una fortaleza construida con enormes rocas talladas, unidas con absoluta precisión.
Cusco es la mayor atracción turística de Perú, con variados complejos arqueológicos, entre los cuales destaca la fortaleza de Machu Picchu, declarada como una de las siete maravillas del mundo moderno, ubicada en la selva de Cusco.
Tomado de: http://afp.google.com/article/ALeqM5hLh-6RzlyDgWXjQRdUGPdYmQ-Y1w

Hallan en Monteagudo el mayor yacimiento argárico de la Región

La arqueóloga Ana Pujante en una de las sepulturas halladas en las cabañas L. O

Las obras del futuro Centro de Visitantes de San Cayetano han sacado a la luz restos de cabañas, ajuares y sepulturas de hace 4.000 años
MANUEL MADRID
Los arqueólogos lo tienen claro: el cerro de Monteagudo es un pozo sin fondo, cada vez que se hace una excavación se desvela un nuevo misterio. Y eso ha ocurrido de nuevo este verano con el inesperado hallazgo del más importante yacimiento argárico aparecido de la Región, según la concejala de Turismo de Murcia, María Isabel Valcárcel. Fruto de las excavaciones realizadas para la construcción en la zona del Centro de Visitantes de San Cayetano, un proyecto impulsado por el Consorcio Turístico 'Murcia, cruce de caminos', la sorpresa ha sido encontrar parte del poblado prehistórico que se estableció en este lugar estratégico hace unos 4.000 años. El conjunto está formado por ocho cabañas -sólo una se conserva completa- en torno a una plaza o jardín, todas ellas con hornos -"los fogones más antiguos de Murcia", según la arqueóloga que ha dirigido la excavación Ana Pujante Martínez- y sepulturas en su interior en las que se han contabilizado 20 esqueletos.Los restos aparecidos corresponden al segundo milenio antes de Cristo, vinculados por tanto a la Edad de Bronce, destacando la fase del Bronce Argárico (1700-1000 a.C.), la misma época que las piedras de Stonehege en Inglaterra, que el reinado de Amenofis IV en Egipto y la civilización minóica en la isla de Creta. Las 'viviendas' tienen forma alargada aprovechando al máximo la pendiente del cerro y al menos tres presentan una habitación con ábside. En los muros de las cabañas se identifican claramente los agujeros para colocar los postes en los que sujetaban las telas que recubrían la estructura. En uno de los hornos se encontró un conjunto de recipientes cerámicos con tipologías argáricas: una gran urna y varios cuencos, un molino y esteras de esparto, así como abundantes fragmentos de sílex y un punzón de hueso. También aparecieron restos de un capazo de esparto y semillas.En la época argárica, según relata la arqueóloga Ana Pujante, los difuntos eran enterrados en su casa. Para crear estos espacios funerarios el suelo se recrecía y las sepulturas se iban cubriendo con espesas capas de adobe amasado. Sobre ellas se ponían rebancos, que también se han conservado aquí. En el caso de las cabañas III y IV se ha podido documentar perfectamente cómo eran las prácticas funerarias. Por ejemplo, la mayoría de las sepulturas excavadas se hallaban al vacío sin intrusiones de sedimento o tierra. "Eso significa que la masa de adobe con las que eran precintadas debió ser bastante efectiva", razona la arqueóloga, quien subraya como novedad que en dos de los enterramientos en urna se ha podido comprobar que los inhumados presentaban las extremidades cogidas con esparto, forzando así la posición fetal. "Es propia del ritual de enterramiento de la cultura argárica -insiste Pujante-, aspecto que comúnmente se ha supuesto pero que hasta el momento no se había comprobado". Estas sepulturas han aparecido con vasos de cerámica con forma de tulipa y cuenco, pendientes en espiral o aro de cobre y algún punzón. También hay adornos de hueso, concha y alguna pieza de pasta vítrea, que podría ser de Egipto.Todos los restos serán puestos a disposición de la dirección general de Bienes Culturales y el objetivo es que puedan exhibirse en el nuevo centro de visitantes, que a pesar de los retrasos en la excavación arqueológica podrá cumplir los plazos de ejecución. El proyecto de Andrés Cánovas y Nicolás Maruri que ejecuta la empresa murciana Intersa tendrá que modificarse ligeramente.