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lunes, 25 de agosto de 2008

Encuentran en Alemania cráneo de legionario con clavo

Arqueólogos alemanes encontraron un cráneo humano, presuntamente de un legionario romano, atravesado por un clavo de hierro en las proximidades de la región
del Mosela, en Alemania, informó hoy la dirección cultural de patrimonio arqueológico de Koblenz.

Aparentemente se trata de un trofeo de guerra celta, resultado de una batalla ocurrida cerca del año 50 a.C., contó el arqueólogo Axel von Berg, quien agregó que se trata de la primera cabeza trofeo que se halla en tan buen estado en Alemania.

Von Berg considera posible que la calavera haya pertenecido a un legionario de las huestes de Julio César. Mientras llevaban adelante sus campañas contra los galos, los romanos llegaron hasta la actual ciudad de Neuwied, a orillas del Rín, con intenciones de cruzarlo entre los años 55 y 53.

La calavera se encontró en el sitio de un asentamiento celta. Entre los celtas era costumbre colgar los cráneos de los enemigos vencidos en el marco de las puertas de las casas.
(dpa)
Tomado de: http://www.dw-world.de/dw/article/0,2144,3592779,00.html

Hallan templo en honor a dios sirio en Rumania

Un templo dedicado al dios sirio del sol, Iarhibol, que data del siglo II, fue descubierto al oeste de Rumania entre las ruinas de la antigua capital dacia, Sarmizegetusa, por arqueólogos de la ciudad de Cluj.
Y, asimismo, hallaron en sus labores de excavación una cripta con una pintura mural, que tiene la particularidad de ser la única que se conserva en la provincia de Dacia Felix, que fuese conquistada por los romanos en 106 bajo el imperio de Trajano, originario de Bética (España).
La pista del emplazamiento de este templo dedicado a Iarhibol -dios del sol venerado en la antigua Palmira (Siria), que formaba parte del Imperio Romano-, según el profesor Ioan Piso, director del equipo de investigación y del Museo Nacional de Historia de Transilvania, provino de una inscripción hallada hace cuatro años.
De esta manera, el monumento fue descubierto por su grupo de arqueología entre unos edificios situados al oeste del foro del emperador Trajano de Ulpia Trajana Sarmizegetusa.
"Este año el templo pudo ser identificado. Se conservó un podium impresionante y los pórticos que sostenían las columnas de mármol", declaró Piso a la prensa, tras precisar que se encontraron en el sitio preciosas piezas de arquitectura, escultura e inscripciones.
Sin embargo, "el descubrimiento más importante es una cripta subterránea que servía al culto de esta divinidad palmireña y en la que se conservaron pinturas murales; cosa única en la Dacia romana", remarcó Piso, quien sostuvo que este descubrimiento "será célebre".
El director de este equipo explicó, a su vez, que la existencia de este templo se debió a la presencia de una nutrida unidad militar de Palmira que fue trasladada allí por el emperador Adriano en los años 117-118 para defender las fronteras de Dacia contra los sármatas de Panonia.
cvtp
Tomado de: http://www.eluniversal.com.mx/notas/532713.html

Secretos descongelados

El glaciar Schnidejoch se derrite y revela secretos milenarios, afirman



Lo que sí sabemos es que el clima ha fluctuado a lo largo de la historia; en el pasado esos cambios eran causados por los cambios en la órbita de la Tierra y ahora se deben a las emisión de gases de invernadero
Martin Grosjean, arqueólogo


El cuero hallado sería la clave para entender el calentamiento global.

Imogen Foulkes BBC Ciencia

Científicos de todo el mundo han escuchado estas conclusiones durante un encuentro en Berna, Suiza.
Los descubrimientos clave en la zona comenzaron en 1991, cuando se encontró a Oetzi, conocido como "el hombre de hielo", a una altitud de 3.000 metros.
Al comprobarse que Oetzi vivió en el año 3300AC, se pudo estimar que los Alpes habían sido habitados antes de lo que se pensaba hasta entonces.
Los nuevos descubrimientos en el monte de Schnidejoch (2.756 metros) en Suiza han confirmado esta teoría.
Flechas y ropa
En el caluroso verano de 2003, una pareja suiza que estaba en la zona encontró un pedazo de madera que recogió e hizo analizar por expertos.
Ese análisis arqueológico reveló que ese madera era un carcaj (el cilindro que se usa para llevar las flechas) y que era de hace 3.000 años.

"Esto es único: no hemos visto un carcaj así en ningún lugar del mundo", dijo a la BBC Albert Hafner, jefe de arqueología del cantón de Berna.
Al inicio, el descubrimiento no se hizo público, para evitar un saqueo de la zona, pero los arqueólogos locales subieron a la montaña y encontraron más elementos.
Ahora tienen el equipo completo de flechas y material orgánico: cuero, partes de zapatos, y parte de un pantalón.
Algunos de los descubrimientos, incluso, tienen orígenes anteriores, como parte del cuero encontrado y una vasija de madera, que son del año 4500AC y por eso, los más antiguos encontrados en los Alpes.
También se han encontrado objetos más recientes, como un prendedor de la Edad del Bronce y monedas de la época romana.
Calentamiento
Según los científicos, lo más fascinante de los descubrimientos es que se corresponden con los momentos históricos en los que está científicamente demostrado que la Tierra estaba pasando por un período particularmente cálido.

Esto se debe a las fluctuaciones en el recorrido orbital que realiza la Tierra respecto al Sol.
Era en estos momentos, afirman, cuando los seres humanos podían recorrer estas zonas montañosas.
"El lugar de los descubrimientos se encuentra exactamente donde el glaciar responde con más sensibilidad a los cambios climáticos de corto plazo", explicó Martin Grosjean, otro de los arqueólogos.
"Nos podría revelar la imagen más precisa de las fluctuaciones de corto plazo de los glaciares en los últimos seis o siete mil años", agregó.
¿Caída en frío?
Las monedas romanas encontradas allí, además, son vistas como una prueba de que los romanos usaron esta ruta para cruzar los Alpes desde Italia a sus territorios en el norte europeo.
Curiosamente, una de las épocas de temperaturas más bajas en la Tierra coincide con el declive del Imperio Romano, lo que sugiere que con el enfriamiento ese tránsito se complicó.
Pero, ¿quiere decir esto que los cambios climáticos contribuyeron a la caída del Imperio Romano?
"Eso es exagerar un poco las cosas", dice Grosjean. "Pero lo que sí sabemos es que el clima ha fluctuado a lo largo de la historia; en el pasado esos cambios eran causados por los cambios en la órbita de la Tierra y ahora se deben a las emisión de gases de invernadero".
Patrones
Además, según Grosjean, los elementos de cuero encontrados en el Schnidejoch -de más de 5.000 años de antigüedad- son prueba de que la Tierra se está calentando.

"El cuero es la joya de los descubrimientos. Se desintegra fácilmente si es expuesto al sol, el viento o la lluvia. El hecho de que podamos, ahora, encontrar estas piezas de 5.000 años de antigüedad quiere decir que han estado protegidas por el hielo durante todo este tiempo, y que los glaciares nunca se han derretido tanto como se derritieron en 2003 y en los años siguientes", explicó Grosjean.
La conferencia de Berna tiene como objetivo presentar estos descubrimientos y darle la oportunidad a otros científicos de hacer públicas sus propias investigaciones.
Esas investigaciones, en lugares lejanos como Yukón, en Canadá, apoyan teorías similares sobre el calentamiento global en base al estudio del derretimiento de los glaciares.

Tomado de: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_7580000/7580748.stm

Hallan restos de vajillas del XV y los cimientos de una de las torres de la muralla de Gandia

Las obras de remodelación de la calle Duc Alfons El Vell de Gandia han dejado al descubierto un importante conjunto de restos arqueológicos datados por el experto Josep Pérez Negre entre los siglos XV y XVI.
M. Casinos

Jarras, copas, tinajas, decantadores, azulejos, tejas, e incluso anillos, pulseras y fragmentos de ropa. Estas son algunas de las piezas que yacían bajo el suelo del Centre Històric de Gandia desde hace siglos y que ahora han salido a la luz, a raíz de las obras de remodelación de la calle Duc Alfons el Vell.El arqueólogo Josep Pérez Negre ha sido el encargado de datar y documentar con exactitud todo el conjunto arqueológico, que pasará a engrosar los fondos del Museu Arqueològic de Gandia (MAGa).Las piezas corresponden al último tercio del siglo XV, algunas de ellas a los primeros años del XVI. "Pero lo más importante del conjunto es que es cerrado, no presenta intromisiones de otras épocas, lo que permite datar, a partir de él, otros conjuntos arqueológicos similares", explica Pérez Negre.La mayoría de los restos conforman una vajilla de lujo, confeccionada a partir de cerámica de Paterna con reflejos dorados. "No es cerámica de uso diario, de cocina, sino la que se emplea en las ocasiones especiales", señala el arqueólogo.Los restos permiten hacerse una idea de cómo era la vida cotidiana de una familia en la Gandia del siglo XV. La aparición de elementos de uso doméstico y la zona en la que han aparecido diseminadas las piezas arqueológicas llevan a los expertos a documentar la existencia de un primer núcleo de población junto al Palau Ducal, entre los muros del histórico edificio y la Plaza de la Vila. "Aquí debía habitar la gente más próxima al Duque", ha indicado el concejal de Territorio, Fernando Mut, quien ha recordado que frente al Palau Ducal existía una plaza, donde actualmente están las calles que conectan Alfons El Vell con Carrer Major, según la documentación de la época.Torreón de la murallaPero aparte de conjuntos de piezas cerámicas y de metal de uso cotidiano, las excavaciones arqueológicas han descubierto nuevos restos de la muralla de Gandia, que transcurre paralela a la fachada del convento de las Clarisas.Siguiendo el trazado de la fortificación, el arqueológo ha hallado restos de la cimentación de lo que sería una de las torres de la muralla, en la plaza Duquessa Maria Enríquez. "Los cimientos están muy deteriorados, porque el alcantarillado pasaba por ese punto", ha señalado Pérez Negre.Actuaciones en el Centre HistòricUna vez finalizada la remodelación de la calle Duc Alfons El Vell, que ya está abierta al tráfico con normalidad, el Ayuntamiento ya ha puesto en marcha las obras de mejora del pavimento de las calles Salelles, Alexandre VI y Joan Andrés.El concejal de Territorio y el edil delegado para el distrito del Centre Històric, Antoni Gomar, han visitado hoy las obras y se han excusado por las molestias "inevitables" que los trabajos están ocasionando a comerciantes y propietarios de la zona.Las obras permitirán unificar el pavimento de estas calles con el del resto del Centre Históric, sustituyendo los adoquines actuales por piedra.La empresa Castelló Simó es la responsable de los trabajos en la calle Salelles, con una inversión de 163.000 euros; en Alexandre VI, es la mercantil Ducal Urbana la que acomete los trabajos con un presupuesto de 192.000 euros; por último, Construcciones Avilés se hace cargo de la remodelación de Joan Andrés, con una inversión de 197.000 euros.
Tomado de: http://www.saforguia.com/Noticias/tabid/54/titular/HALLAN_RESTOS_DE_VAJILLAS_DEL_XV_Y_LOS_CIMIENTOS_DE_UNA_DE_LAS_TORRES_DE_LA_MURALLA_DE_GANDIA/idnoticia/15995/Default.aspx

Hallan vestigios de una “civilización perdida” en El Espino

Julio de 2007. La foto muestra un corte estratigráfico en una de las paredes durante la construcción del bulevar Diego de Holguín. Son evidentes zurcos de siembra, soterrados probablemente por cenizas de la erupción del volcán de Ilopango (aprox. 420 d.C.).

Un empleado de la empresa contratada para realizar la construcción de obras hidráulicas en el bulevar Diego de Holguín muestra un pedazo de cerámica encontrada en el sitio.

Zanja para obras de drenaje al costado poniente de las instalaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde los trabajadores han encontrado recientemente piezas arqueológicas.


Los empleados que trabajan en la obra han recolectado varias piezas de barro encontradas en la zona de construcción.

El departamento de arqueología de Concultura descubrió en julio de 2007 y enero de 2008 vestigios arqueológicos de más de mil años de antigüedad en la zona donde se construye el Bulevar Diego de Holguín. Hasta hoy, el Ministerio de Obras Públicas y las autoridades de Concultura mantenían el hallazgo en secreto. La semana pasada, El Faro descubrió que en el sector poniente de la carretera aún en construcción, contiguo al nuevo edificio de Cancillería, el MOP encontró más cerámica prehispánica y tampoco informó nada. Los lugareños, que venden piezas libremente, hablan incluso de entierros. Un año después del hallazgo, gran parte de los vestigios están en proceso de destrucción.
Daniel Valencia* / Fotos por Mauro Arias y fotos tomadas del informe técnico de Departamento de Arqueología de CONCULTURA

¿Qué sentiría si el próximo año, cuando usted circule por el bulevar Diego de Holguín, le cuentan que ahí, debajo del duro y frío concreto, se encuentran los restos de una civilización prehispánica hasta ahora desconocida? ¿Qué sentiría si se entera de que la evidencia de esta civilización se perdió para siempre? Pues estas posibilidades son las que involucra el tramo II del bulevar, publicitado como la “primera vía expresa” de El Salvador, y que en 2006 y 2007 puso en aprietos a tres ministros del gabinete por la depredación ambiental que causó en la finca El Espino (Hugo Barrera, David Gutiérrez y Carlos Guerrero).
Ahí, justo donde miles de árboles fueron talados para compactar la tierra que servirá de base para el cemento, hay restos arqueológicos. La evidencia científica ubica restos a lo largo del tramo de 4.9 kilómetros.
El Faro constató el pasado martes 19 de agosto, al poniente de la zona dañada del parque Los Pericos, dentro de una zanja de aproximadamente dos metros de profundidad -que servirá de desagüe para la mega carretera-, que los tractores de la empresa COPRECA destruyeron decenas de piezas arqueológicas entre ollas, figuras antropomorfas, vasijas, collares…
Esta zanja colinda con el nuevo edificio de Cancillería. La cantidad de material encontrado –y destruido- sobrepasa la imaginación, a juicio de los trabajadores de la obra. En el terreno, COPRECA trabaja desde mayo, metiendo la excavadora que abrió al menos 200 metros en línea recta hacia una quebrada cercana, atrás del mercadito de Merliot, entre el límite de Antiguo Cuscatlán y Ciudad Merliot.
“Yo encontré un muñequito hace como dos semanas. Estaba completito. Tenía la cara bien hechita de indio, estaba sentado, como amarrado de manos y pies. En la cabeza tenía como un hoyito, como que era para andarlo colgado”, dice uno de los jornaleros, pala en mano. Otro, retirado unos cinco metros, da muestras de cómo se encuentran los restos de cerámica. “Así, mire (hunde la pala en el lodo)”. Y, efectivamente, están casi a flor de tierra. “¿Ve? Ahí hay”, dice. En la tierra removida aparecen restos de lo que se presume fue una vasija.
A estas alturas, dentro de la zanja, ya sólo aparecen restos de vasijas rotas, asas de cántaros y piernas desmembradas de figuras antropomorfas. Ni los jornaleros, ni los supervisores de la obra ni las autoridades del MOP informaron nada, pese a que la ley de Patrimonio Cultural obliga a parar la obra para informar de los hallazgos a Concultura, para que esta investigue sobre el terreno. Los jornaleros, ahora, apilan los tiestos en bolsas plásticas y se toman los hallazgos en broma.
“Mire, aquí tengo un indio que le puedo vender. Ahí está, ¿ve? Con la pala en la mano, ja, ja, ja”, bromea uno de los jornaleros mientras señala con el dedo a uno de sus compañeros.
Miguel Fiallos, ingeniero y encargado del proyecto por parte de COPRECA, después de admitir que no informaron nada a Concultura, alegó ignorancia de la ley y agradeció a El Faro de “dar la alerta” a las autoridades con esta noticia

Fiallos agregó que cuando se construyó la calle de acceso al edificio de cancillería, atrás del mercadito de Merliot, incluso llegaron a encontrar “osamentas” y collares que fueron lavados por una lluvia copiosa. Desaparecieron y el testimonio de Fiallos es la única prueba de ese hallazgo. Eso hace más de dos años. Nadie se enteró de nada.
Shione Shibata, encargado del Departamento de Arqueología (DA), oficina adscrita a Concultura, un día después de que El Faro atestiguara la destrucción producida por los tractores (miércoles 20), informó que ya habían realizado una inspección en el lugar. El arqueólogo lamentó que las autoridades del MOP no hayan avisado antes para rescatar algunas de las piezas que los trabajadores comentan que de ahí se extrajeron… y que se vendieron a precios risibles.
“Yo vendí un cántaro a 25 dólares a uno de los supervisores del MOP. Una medalla que tenía labrado algo, así como un sol, a cinco dólares, y un plato también a cinco dólares”, dice otro trabajador. 40 dólares por una milenaria historia.
Los cultivos más grandes hasta ahora
En julio de 2007, fue el mismo Shibata quien descubrió, Diego de Holguín abajo, la primera evidencia de que bajo la tierra de la finca de café de El Espino hay una historia aún no descubierta ni contada. Shibata, quien trabaja en el país desde 1995 como arqueólogo –es graduado de la universidad de Doshisha y tiene una maestría de la universidad de Kanazawa, ambas en Japón-, encontró surcos de cultivo que datan del periodo preclásico y preclásico tardío (aproximadamente 420 d.C.), sepultados por la erupción del volcán Ilopango.

El arqueólogo japonés conducía su automóvil cerca del redondel Roberto d´Aubuisson, cuando sin querer observó a su mano izquierda, hacia el tramo sin construir del Diego de Holguín. Es este punto, El Espino ya no es del Estado. Es la parte de la finca que quedó a la familia Dueñas tras la reforma agraria de 1980. Shibata pidió disculpas a sus hijos y estacionó el carro. Bajó al terreno, confirmó sus sospechas e informó el 1º de julio de 2007 a Fabricio Valdivieso, para ese entonces todavía jefe del DA.
Valdivieso, en un informe posterior, concluyó que esos surcos de cultivo conllevan una importancia por su extensión (los más grandes registrados hasta el momento en el país) y por su cercanía con la ciudad capital. En la pared norte de la carretera, a siete metros de profundidad, los arqueólogos registraron un surco de 50 metros de largo. En la pared sur, a una profundidad que oscila entre los cuatro y seis metros, identificaron el otro surco. Mide 70 metros. Todavía no se ha identificado el tipo de cultivo, pero los expertos presumen que se trata de maíz.
Uno de los surcos de cultivo más cercanos –similares a los de Diego de Holguín- sólo se registran en sitio El Cambio, arrasado por la lotificadora Neila, propiedad de Mario Sol Bang, entre 2006, 2007 y 2008, bajo la mirada poco diligente de Concultura. En El Cambio, junto a los surcos, se encontraron entierros, fogones y un montículo. La importancia de los surcos de cultivo radica precisamente en que se infiere que junto a ellos existió una población aún no descubierta. Es decir, un sitio habitado por indígenas que ejercían su influencia en El Espino, el considerado último pulmón de San Salvador por su vegetación.
En la década de los ochentas, el descubrimiento de surcos de cultivo dio pie para que el mundo se maravillara ante Joya de Cerén (también en San Juan Opico), declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1993. Joya es el único sitio arqueológico que demuestra cómo vivían los antepasados comunes y corrientes en Mesoamérica. Ahí, en Joya, junto a los surcos se encontraron viviendas. Joya data del clásico tardío (entre el 590 y 640 d.C). Esto significa, según Valdivieso, que en El Espino probablemente habitó una civilización de mayor antigüedad.
“De no haber sido por la maquinaria del MOP, nunca hubiéramos descubierto esos surcos. La capa de tierra que evidencia el surco de cultivo está hasta a siete metros (aproximadamente) del nivel normal del suelo, cubierta por la ceniza volcánica y el humus. Era imperceptible”, dice Shibata. “Es una lástima que aquí no haya una cultura en la población de conservación de la historia arqueológica. Sólo así se explica que no avisen nada. Estamos atados”, añade, en referencia a que los encargados de la obra no informaron del hallazgo.
El historiador Pedro Escalante Arce comparte la opinión de Shibata. Él, sin embargo, es más pesimista. “Se ha perdido tanto y se sigue perdiendo tanto… es una lástima. Se destruye, se pierde, se vende, se trafica. Es demasiada la riqueza arqueológica del país como para que el Estado pueda salvarla toda”, dice.

Las autoridades de Concultura informaron al MOP del hallazgo y se acordó preservar las paredes norte y sur que amurallan el terreno compactado por donde se construirá la carretera. Ambas entidades participaron de la opción de no divulgar nada del hallazgo al público. En octubre de 2007, un periodista de un matutino consultó a las autoridades de Concultura sobre el rumor del descubrimiento, pero la respuesta fue negativa.
Y no obstante que Shibata y Valdivieso adviertan de la posibilidad de que los restos de toda una civilización se encuentren en peligro de desaparecer, otro funcionario de Concultura, el director de Patrimonio Cultural, Héctor Sermeño, no luce parece estar muy entusiasmado con el descubrimiento. “Los surcos no necesariamente son vestigios arqueológicos. Sin querer demeritar el hallazgo de esos surcos, no se informó porque no todas las publicaciones que hace Concultura se hacen públicas. No tienen por qué hacerse públicas. Ahí no hay pruebas de edificaciones, no hay restos arqueológicos registrados. Se acordó con el MOP proteger la zona y así se he hecho”.
El ministro de Obras Públicas, Jorge Nieto, corrobora la versión de Sermeño e insiste en que no tiene conocimiento de que se hayan detectado más hallazgos que los surcos. “De lo que hemos tenido conocimiento –y que ha sido a través del viceministerio- ha sido de los surcos. Pero en ningún momento de vestigios arqueológicos”, dice. Nieto ignora por completo que a la par de cancillería y en una bóveda ubicada debajo del bulevar Jerusalén aparecieron más vestigios. Esos eran formas polícromas de barro cocido.
Sermeño dice que no tiene conocimiento de los vestigios encontrados en la zanja ubicada contiguo a Cancillería y señala que esperará el informe que prepare Shione Shibata para pedir cuentas al MOP y a Cancillería de los hallazgos. Sermeño, al aparecer, también ignora que el DA encontró más vestigios bajo la bóveda del Jerusalén, ya que insiste en que hasta el momento él sólo tiene conocimiento de los surcos registrados en julio de 2007.
Para ese mes, sobre la Diego de Holguín todavía soplaban las protestas de las organizaciones medioambientales y de la alcaldía de San Salvador por la tala de cientos de árboles en 4.2 manzanas del parque de los pericos, una zona protegida por decreto legislativo. También pesaba el atraso generado por una demanda judicial que la empresa COPRECA terminó ganando por $7.2 millones al MOP, debido a que la cartera cambió de forma irregular cambió los trazos de la misma durante la administración de David Gutiérrez, el ex ministro y amigo cercano del presidente Saca. Y fue justo en la zona en donde se alteró el trazo de la carretera –con la consecuente destrucción de las cuatro manzanas de Los Pericos, en la zona de reserva forestal- en donde en enero de este año se produjo el otro hallazgo que ignoran los funcionarios.
Más restos arqueológicos
Una formación “troncocónica”, en arqueología, se refiere a un depósito creado en la antigüedad para depositar objetos inservibles o inutilizables. El término más peyorativo para este deposito sería el de un “basurero”. Un basurero arqueológico utilizado por los posibles habitantes de El Espino.
Entre los objetos encontrados en la “posible formación troncocónica” ubicada al pie de la bóveda, arqueología detectó ollas rotas, vasijas quebradas y varios otros tiestos. Según un informe del DA fechado en enero de este año, estos hallazgos corroboran la presencia de actividad humana en el preclásico y de una posible vivienda que aún no ha sido ubicada (y quizá no sea ubicada jamás).
Con los tres hallazgos de El Espino, los expertos infieren que hubo una población que habitó El Espino alrededor de cinco o seis siglos antes que los pobladores de Madreselva en Santa Elena (900 d.C., periodo posclásico), ubicado a escasos minutos al norte de El Espino, y donde se especula estuvo afincado el señorío de Cuscatlán, hoy perdido por las edificaciones, las calles y las residenciales.

En El Espino, la distancia entre el sitio del hallazgo de enero y el sitio del hallazgo de agosto es de 400 metros aproximadamente. En el camino se deja de lado el muro de protección de la Escuela Militar –por donde hoy se trabajan los planos corregidos por el MOP- y se pasa enfrente del casco de la finca El Espino. En línea recta, kilómetros arriba, se llega al inicio de la primera etapa del diego de Holguín (ya finalizada) que desde la colonia Jardines de la Sabana desemboca en la carretera hacia Los Chorros, rumbo al occidente del país.
“Aquí es poco, comparado con lo que ha salido en otras partes (de la carretera). Han salido toneladas de cosas de esas. Como se han roto, y el trabajo es masivo, se pierden las piezas. Desgraciadamente no había alguien aquí que supervisara”, inisiste Miguel Fiallos, de COPRECA.
¿Qué se perdió en El Espino? ¿Cuánto se ha perdido? Arqueología no reporta información acerca de los entierros que menciona Fiallos en la parte posterior del mercadito de Merliot ni otros hallazgos reportados en la construcción del edifico de cancillería, que cuenta con parqueo subterráneo. Ni en los edificios de la Universidad Matías Delgado. Tampoco en el resto de los 9.2 kilómetros de la carretera que atraviesa Santa Tecla y termina en el bulevar de Los Próceres, pasando Casa presidencial.
Si algo hubo más allá de la cerámica ahora rota tras el paso de los tractores, del pico y de las palas, o ya desapareció o sigue enterrado.

Lo curioso es que los hallazgos arqueológicos en la zona sí fueron reportados y guardados por las altas autoridades del MOP y Concultura. En la zona, tan alta es la actividad, que el informe de arqueología de julio de 2007 incluso reporta surcos de cultivos similares a los de Diego de Holguín en el terreno sobre el cual Grupo Roble actualmente construye un edificio de apartamentos contiguo a Multiplaza, frente a la carretera Panamericana.
“Asociados a estos yacimientos en ocasiones suelen encontrarse asentamientos arqueológicos con evidencias de actividad cultural, tales pueden ser estructuras domésticas aisladas o incluso contiguas a áreas ceremoniales del periodo preclásico. De este modo se tiene aquí una prueba que puede indicar la presencia de mayores rasgos culturales en un sector muy cercano a estos surcos, en algún lugar de la finca El Espino, o incluso especulando debió existir en donde ahora yacen las colonias del suroeste de San Salvador, o más al sur y oeste probablemente hacia zona urbana de ciudad Merliot en Santa Tecla. Sin duda, conforme a las pruebas, estos surcos se extienden hasta el sector del centro comercial Multiplaza, al sur”, resume el informe del Departamento de Arqueología.
*Con reportes de Rodrigo Baires

Tomado de: http://www.elfaro.net/secciones/Noticias/20080825/noticias1_20080825.asp